Multum sed immūtābile semper Claudia

Virgilio y Dido, las diosas paganas y la Virgen, Petrarca y Laura, la primera diosa del amor cortés, Dante y Beatrice, la gloriosa donna della sua mente, Fellini, Guido Anselmi y la ragazza della fonte, bellissima, giovane e antica, bambina e già donna, autentica, solare, todas las donne de la tradición latina clásica y medieval, las redentoras, las maternas y las divinas. Claudia Cardinale es todas ellas cuando es Claudia Cardinale haciendo de Claudia Cardinale en 8 ½.



Rodolfo Napurí


Si tuviera que quedarme con solo una escena de Claudia Cardinale, escogería, sin vacilación, la que precede a la escena final de 8 ½Guido Anselmi (Marcelo Mastroianni) es un director de cine próximo a filmar una película de ciencia ficción, y atraviesa por una crisis creativa (director's block). Al inicio, no de su película, sino de la que estamos viendo y que gradualmente se convierte en la película que filma, tiene una visión. En ella, la imagen de una mujer de superlativa belleza, vestida toda de blanco, aparece como venida del cielo y le da de beber agua de una fuente. Esta ragazza della fonte es Claudia Cardinale, mejor dicho, es la imagen que Guido, director, se ha hecho de Claudia Cardinale, actriz que tiene un papel en su película (en la película que se filmará en la película que vemos). En este video, la visión de la ragazza della fonte (tercera escena de 8 ½):


Entendemos que esta ragazza della fonte, la Claudia imaginada, es la mujer que sueña, la ideal, y es también la cifra de todas sus mujeres, de todas las mujeres. Estos rasgos de perfección y totalidad la vuelven absoluta, inmutable; en suma, no hay duda de que, como Guido Anselmi lo dirá en la penúltima escena de la película, ella es su salvación (non c'è dubbio che sia lei la sua salvezza). En otras escenas, la ragazza es definida como la pureza, la única capaz de redimir (salvar) a un Guido en crisis, quien oscila entre el cinismo y el remordimiento, que busca acabar con estos sentimientos encontrados y no mentir, no engañarse más. La ragazza della fonte representa para él la autenticidad que quiere recuperar: renacer en esta donna immacolata, su salvadora.

La imagen de esta donna es una tradición latina construida con elementos que, a lo largo de más de dos mil años se fueron añadiendo y superponiendo. La ragazza della fonte se inscribe en ella como donna redentora, maternal y divina.

La donna mejor lograda de esta tradición es la Beatrice redentora de Dante. Beatrice di Folco Portinari, más que un amor idealizado, fue un motor de inspiración literaria, un personaje concebido a lo largo de muchos años. Beatrice es la Virgen personal de Dante y también la que lo conduce a la visión beatífica, es decir, al encuentro con Dios.

En la Vita Nuova es definida como gentilissima y benedetta, y Dante llega a llamarla, en algún momento, tal como hace Guido con la ragazza Claudia, su salvación. En la Divina Commedia la describe como maternal, radiante (otra palabra que Guido usa para referirse a su ragazza) y fuente de consolación:

Oppresso di stupore, a la mia guida
mi volsi, come parvol che ricorre
sempre colà dove più si confida;

e quella, come madre che soccorre
sùbito al figlio palido e anelo
con la sua voce, che ’l suol ben disporre,

mi disse:
«Non sai tu che tu se’ in cielo?
e non sai tu che ’l cielo è tutto santo,
e ciò che ci si fa vien da buon zelo
?»

(Paradiso 22, 1-9)

De estupor lleno, a mi guía
me volví, como párvulo que corre
siempre allí a donde más confía;

y ella, como madre que socorre
enseguida al hijo pálido de anhelos
con la voz, que su bien dispone,

me dijo: «¿No sabes que estás en el cielo?
¿Y no sabes que el cielo es todo santo
y todo lo que aquí se hace viene de buen celo?»
(Paraíso 22, 1-9)

E quella, come madre che soccorre / sùbito al figlio palido e anelo / con la sua voce, che ’l suol ben disporre, / mi disse: Non sai tu che tu se’ in cielo? // y ella, como madre que socorre / enseguida al hijo pálido de anhelos / con la voz, que su bien dispone, / me dijo: ¿No sabes que estás en el cielo? La escena no puede ser más elocuente. Este encuentro y este diálogo solo existen en la mente de Dante, como la visión de la ragazza solo existe en la mente de Guido. Y así, como puede decirse que Dante escribió la Divina Commedia solo como marco de este encuentro, también puede decirse que 8 ½ gira en torno a la visión de Guido Anselmi, que a estas alturas ya reconocemos como el alter ego de Federico Fellini. Beatrice es para Dante la gloriosa donna della mia mente, en sus propias palabras, así como la visión de Claudia como la ragazza della fonte es, en las palabras de Guido, bellissima, giovane e antica, bambina e già donna, autentica, solare / hermosa, joven y adulta, niña y mujer, auténtica, radiante.

La donna maternal puede rastrearse en el culto milenario latino (pagano, precristiano) de la mujer pura y discreta, como Diana o Minerva, diosas vírgenes pero propiciadoras del (re)nacimiento y sabias, y que sobreviven y se superponen en la imagen de la Virgen cristiana que también es madre y, en ese sentido, puede entroncarse con la tradición de las diosas de la fertilidad, es decir, de la supervivencia, de la continuidad y, por tanto, de la eternidad. Es la madre discreta y virtuosa, pero también inmutable fuente de renovación. La ragazza, la Claudia imaginada giovane e antica, bambina e già donna / joven y adulta, niña y mujer que puede hacer que Guido renazca representa muy bien esta tradición de donne retratadas entre la beatitud y la sensualidad.

Así, la donna redentora y maternal es intocable por inmutable e inalcanzable por arquetípica. En suma, divina, en el sentido literal que tiene en la tradición pagana y en el figurado que aparece en la tradición del
amour courtois (amor cortés), cuando Petrarca en su Canzoniere usa la palabra dea para referirse a Laura.


En 8 ½, la ragazza della fonte se inspira en el culto ancestral de la figura materna, que también es mujer y es niña, y que no es otra cosa que el culto pagano a la fertilidad, a la tierra y a la madre (la madre de todo y de todos).

Esta Claudia imaginaria y representativa de una herencia secular también aparece en los sueños de Guido, es decir, está presente en toda la película. Esa persistencia silenciosa y constante sitúa a la visión de la ragazza Claudia como una de las imágenes obsesivas y recurrentes en la mente de Guido y a la que necesita encontrarle un sentido. Y esto ocurre en el momento más adecuado, en la escena que precede a la final, pues la revelación del sentido de la visión es lo que le permite a Guido encontrar su propio sentido, su razón de ser y conciliarse consigo mismo y con su entorno en la memorable escena final.

Esta penúltima escena puede dividirse en cinco segmentos.
  

1) El encuentro en el set 

Claudia no es más una imagen: es real, es Claudia Cardinale recién llegada al set para trabajar con Guido y es también Claudia Cardinale en el papel de Claudia Cardinale en la película que vemos. Claudia quiere saber qué papel le toca hacer en la película que Guido está planeando, es decir, en la película que está contenida en la que vemos (ambas en la última escena se vuelven una: 8 ½).  Guido le dice a Claudia: Finalmente viniste / Finalmente c’è venuta, que es, para el espectador que conoce lo que pasa por la mente de Guido, una expresión casi de alivio, pues por fin está frente a Claudia, su ragazza della fonte, ahora encarnada. En su necesidad de encontrar un sentido a sus confusiones, le propone a Claudia hablar a solas y ambos suben al auto. El destino se nos revelará luego. Como veremos después, este encuentro de Guido con Claudia es muy similar al de Dante con Beatrice (Purgatorio, 30). A continuación, el diálogo y el video:


GUIDO: Disculpa. / Scusa.
CAROLINE: Él te llamó. / He called you.
GUIDO: Claudia...
CLAUDIA: ¿Cómo estás? / Come stai?
GUIDO: Bien, ¿y tú? Finalmente viniste. ¿Salimos? / Bene. E te? Finalmente c’è venuta. Usciamo noi?
CLAUDIA: Te presento a Caroline, mi secretaria. / Ti presento a Caroline, la mia secretaria.
GUIDO: Sí.
CAROLINE: Encantada de conocerlo. / I’m glad to meet you.
GUIDO: Debo hablarte a solas. / Ma devo de parlar te da sola.
CAROLINE: Está bien. Los espero. / Alright. I’ll wait here.
CLAUDIA: ¿Cuándo empezamos el film? / Quando cominciamo il film?
GUIDO: Pronto, muy pronto. / Presto, prestissimo.
CLAUDIA: ¿Y cuál es mi papel? / Me io che parte faccio?
GUIDO: Después te cuento todo. / Ti digo tutto dopo.
CLAUDIA: Estoy muy contenta de trabajar contigo. Espero ser de ayuda, pero quiero saberlo todo, ¿sí? ¿Adónde vamos ahora? / Io sono molto contenta de lavorare con te. Spero di essere di aiuto, ma io voglio sapere tutto, eh? Dove andiamo allora?
GUIDO: Por aquí / Di qua.




2) La búsqueda de la fonte/sorgente

El encuentro y el diálogo entre Dante y Beatrice en el Purgatorio es una creación de la mente de Dante; en cambio, el encuentro y el diálogo entre Guido y Claudia ocurre en la película para el espectador, pero para Guido es en parte real y en parte producto de su imaginación.

El diálogo empieza con un elogio de Guido a la belleza de Claudia, y luego le pregunta si está enamorada. Las palabras de Guido se asemejan a las de Dante cuando aparece Beatrice, hasta cuando dice que su corazón late como el de un colegial frente a Claudia, que recuerdan al Dante trémulo y perturbado frente a su donna:


sovra candido vel cinta d’uliva
donna m’apparve, sotto verde manto
vestita di color di fiamma viva.

E lo spirito mio, che già cotanto
tempo era stato ch’a la sua presenza
non era di stupor, tremando, affranto,

sanza de li occhi aver più conoscenza,
per occulta virtù che da lei mosse,
d’antico amor sentì la gran potenza.

(Purgatorio 30, 31-39)

bajo cándido velo coronada de olivo,
se me apareció una dama, en verde manto
vestida de color de llama viva.

Y mi espíritu, que había pasado ya
tanto tiempo que en su presencia
no estuviera de estupor, temblando, librado,

sin que mis ojos tuvieran otra advertencia,
por una oculta virtud que de ella vino,
del antiguo amor sentí la gran potencia.
(Purgatorio 30, 31-39)

¿Está Guido imaginando el encuentro? ¿El diálogo es entre Guido y Claudia Cardinale o entre Guido y la ragazza, la Claudia de su imaginación? Claudia quiere hablar de la película, pero Guido sigue pensando en su encuentro con Claudia como una encarnación de la ragazza y vuelve a remarcar que finalmente ella está presente, junto a él en el momento preciso (Llegaste justo a tiempo, ¿sabes? / Sei arrivata proprio in tempo, sai?). Luego, responde una pregunta de Claudia que puede interpretarse como tal (de qué se trata la película) o como una pregunta a la ragazza, si es posible para él renacer (¿Serías capaz de dejar todo y empezar la vida de nuevo? / Tu saresti capace di piantare tutto e ricominciare la vita da capo?). Por último, cuando Claudia le pregunta por dónde seguir, la respuesta de Guido puede ser literal o puede tomarse como su deseo, ahora que la ragazza está con él, de renacer, de empezar todo de nuevo desde el principio, y le pide que busque una fuente (Debe haber una fuente cerca / Ci deve essere la sorgente qui vicino). Sorgente en italiano es fuente, es decir, el lugar de donde surge el agua, el origen. En este punto, la fuente puede ser el lugar que Guido escoge para hablar a solas con Claudia o el fin de su búsqueda, ahora que la ragazza se ha encarnado. En realidad, son las dos cosas, como se verá luego. A continuación, el diálogo y el video: 

GUIDO: ¡Qué bella eres! Estoy impresionado, haces que mi corazón lata como el de un colegial. No me crees, ¿no? La comparación es verdadera, dice mucho, Claudia. ¿De quién estás enamorada, Claudia? ¿Con quién estás, a quién quieres? / Quanto sei bella. Mi metti soggezione, mi fai battere il cuore come un collegiale. Non ci credi eh? Che rispetto vero, profondo comunichi. Claudia. Di chi sei innamorata? Con chi stai, a chi vuoi bene?
CLAUDIA: A ti / A te.
GUIDO: Llegaste justo a tiempo, ¿sabes? Pero, ¿por qué sonríes así? No sé si me repruebas, si me absuelves o si me estás tomando el pelo. / Sei arrivata proprio in tempo, sai? Ma perché sorridi così? Non si capisce mai se giudichi, se assolvi, se mi stai prendendo in giro.
CLAUDIA: Te escucho. Dijiste que querías hablar conmigo, contarme de la película. No sé nada. / Sto a sentire. Hai detto che vuoi parlarmi, raccontarmi del film. Io non so niente.
GUIDO: ¿Serías capaz de dejar todo y empezar la vida de nuevo? ¿Elegir una cosa, solo una cosa y serle fiel? ¿Ser capaz de convertirla en la razón de tu vida, algo que recoja todo y se convierta en todo, porque su lealtad la hace infinita? ¿Serías capaz? Escúchame, si te dijera, Claudia... / Tu saresti capace di piantare tutto e ricominciare la vita da capo? Di scegliere una cosa, una cosa sola ed essere fedele a quella? Riuscire a farla diventare la ragione della tua vita, una cosa che raccoglie tutto e che diventi tutto proprio perché la tua fedeltà che la fa diventare infinita. Ne saresti capace? Ecco ascolta se io ti dicessi, Claudia...
CLAUDIA: ¿Por dónde se va? No conozco la calle. Y tú... ¿serías capaz? / Da che parte si va? Non conosco la strada. E tu... saresti capace?
GUIDO: Debe haber una fuente cerca. ¿Me escuchas? Prueba a doblar aquí. / Ci deve essere la sorgente qui vicino. Senti? Prova a voltare di qua.




3) La confesión

Mientras se acercan a la fuente, Guido prosigue: el protagonista, es decir, él mismo, no es capaz de cambiar; sin embargo, su encuentro/visión con la ragazza della fonte, toda vestida de blanco, lo convence de que ella puede hacerlo renacer y ser su salvación. La doble lectura persiste: le está contando a Claudia real (es decir, a Claudia Cardinale en el papel de Claudia Cardinale) de qué trata la película a la vez que le confiesa a la ragazza (es decir, a Claudia imaginada, a la Claudia Cardinale que solo existe en su mente) las visiones y sueños que tiene de ella. Entonces, es a ambas a quienes les refiere la historia de la ragazza della fonte, la que para él representa su salvación (la sua salvezza). A continuación, el diálogo y el video:


GUIDO: No, no, este tipo no, no es capaz. Quiere tener todo, arrasar con todo, no sabe renunciar a nada. Cambia de parecer todos los días porque tiene miedo de perder lo que es suyo, y se está muriendo, como quien se desangra. / No... no questo tipo no, non è capace. Questo vuole prendere tutto, arraffare tutto, non sa rinunciare a niente; cambia strada ogni giorno perché ha paura di perdere quella giusta, e sta morendo, come dissanguato.
CLAUDIA: ¿Así termina el film? / E così finisce il film?
GUIDO: No, así empieza. Entonces conoce a la chica de la fuente, es una de esas chicas que dan agua para sanar, es hermosa, joven y mayor, niña y mujer, auténtica, radiante. No hay duda de que ella es su salvación. / No comincia così, poi incontra la ragazza della fonte, è una di quelle ragazze che danno l'acqua per guarire, è bellissima, giovane e antica, bambina e già donna, autentica, solare. Non c'è dubbio che sia lei la sua salvezza.
GUIDO: Está vestida de blanco, tiene el cabello largo, así como lo tienes tú. / Sarà vestita di bianco, avrà i capelli lunghi. Così, come li porti tu.




4) La segunda visión de la ragazza della fonte 

Cuando llegan a la sorgente, Guido le pide a Claudia que apague las luces del auto. Entre ese momento y antes de que ambos bajen del auto, Guido tiene una segunda visión de la ragazza. Como la primera (véase arriba), está marcada por el silencio; la visión ocurre en la mente de Guido, no en el escenario. Ella reaparece vestida de blanco y dispone una mesa para dos, para Guido y ella. La mesa para dos representa el encuentro y el diálogo a solas que Guido le pidió a Claudia en el primer segmento y que tendrá lugar en el siguiente y último.

En este punto el espectador puede retrospectivamente interpretar los tres segmentos anteriores como una sucesión de hechos proyectados en la pantalla y como un sueño de Guido provocado por la llegada de Claudia al set. Este sueño dirigido, producto de la desconexión de Guido con la realidad, acaba aquí. En el último segmento, Claudia, no la ragazza, es la que propicia que Guido despierte de sus sueños y visiones, y vuelva a la realidad. A continuación, el video: 

GUIDO: Apaga las luces. / Spegni i fari.





5) Perché non sa voler bene / Porque no sabe amar

Así como Dante dispuso, en su imaginación, el encuentro con Beatrice, Guido hizo lo mismo para su anhelado encuentro con su ragazza, confundiendo la Claudia de su imaginación con la Claudia real. El encuentro de Dante y Beatrice no puede ser un encuentro feliz, pues Beatrice es inalcanzable por arquetípica; eso lo sabe o entiende Dante muy bien, por eso en el encuentro una Beatrice, soberbia y no piadosa, juzga con severidad a Dante para que este se arrepienta de sus pecados (nótese la presencia de la fonte y la reiteración de describir a  Beatrice como madre):


 «Guardaci ben! Ben son, ben son Beatrice.  
Come degnasti d’accedere al monte?
non sapei tu che qui è l’uom felice?».

Li occhi mi cadder giù nel chiaro fonte;
ma veggendomi in esso, i trassi a l’erba,
tanta vergogna mi gravò la fronte.

Così la madre al figlio par superba,
com’ella parve a me; perché d’amaro
sente il sapor de la pietade acerba.
(Purgatorio 30, 73-81)

 «¡Míranos bien! Soy yo, en verdad soy yo, Beatriz,
¿cómo te atreviste a acceder el monte?
¿no sabes tú que aquí el hombre es feliz?
»
 
Mis ojos descendieron a la clara fuente;
y viéndome en ella, los bajé aún más a la hierba,
tanta vergüenza me oprimió la frente.

Como la madre al hijo parece soberbia,
así pareció ella a mí; porque amargo
es el sabor de la piedad acerba.
(Purgatorio 30, 73-81)

Del mismo modo, una vez que Guido finaliza su relato del encuentro, de su visión de la ragazza della fonte, Claudia reprueba al personaje descrito (Guido), siguiendo el juego de presentar en tercera persona (un tipo como tú lo describes / un tipo così, come tu l'hai descritto) quien en primera persona es Guido.

Es entonces cuando esta Claudia de carne y hueso (en la película que vemos y que está a punto de convertirse en 8 ½), ahora toda vestida de negro, desenmascara a este elusivo Guido que le miente a todo el mundo y que se engaña a sí mismo, y lo muestra tal cual es: como un embaucador egoísta incapaz de conectarse con su entorno (Qué embaucador eres / Che imbroglione che sei) y cuya crisis creativa es el producto de la desfragmentación y confusión en la que él se ha convertido. 

El diálogo termina con la confesión de Guido de que no existe una película. Guido Anselmi es un invento de Guido Anselmi: Ni siquiera hay un film. No hay nada de nada, en ninguna parte. / Non c’è neanche il film. Non c’è niente di niente, da nessuna parte. A continuación la escena en texto y en video. 

CLAUDIA: ¿Y ahora? Vámonos de aquí. Me perturba este lugar. No parece real. / E poi? Andiamo via di qui. Mi fa impressione questo posto. Non mi sembra vero.
GUIDO: A mí en cambio me gustó mucho. Espera un rato. / A me invece piace moltissimo, guarda un po’.
CLAUDIA: No he entendido casi nada de tu historia. Un tipo como tú lo describes, que no ama a nadie, no da mucha pena, ¿sabes? En el fondo es culpa suya. ¿Qué espera de los demás? / Della storia che mi hai raccontato non ho capito quasi niente. Ma scusa, un tipo così, come tu l'hai descritto, che non vuol bene a nessuno, non fa mica tanta pena sai? In fondo è colpa sua. Che cosa pretende dagli altri?
GUIDO: ¿Crees que no lo sabía? Qué dura eres tú también. / Perché? credi che io non lo sappia? Come sei noiosina, anche tu.
CLAUDIA: ¡Ah, no toleras la menor crítica de nadie! Te ves tan cómico con ese sombrero, pareces un anciano. No entiendo. El tipo encuentra a una chica que puede hacerlo renacer, ¿y él la rechaza?Ah ma non ti si può dire proprio niente! Quanto sei buffo con quel cappellaccio truccato da vecchio! Io non capisco, incontra una ragazza che lo può far rinascere, che gli ridà vita e lui la rifiuta?
GUIDO: Porque él ya no cree en él. / Perché non ci crede più.
CLAUDIA: Porque no sabe amar. / Perché non sa voler bene.
GUIDO: Porque no es verdad que una mujer pueda cambiar a un hombre. / Perché non è vero che una donna possa cambiare un uomo.
CLAUDIA: Porque no sabe amar. / Perché non sa voler bene.
GUIDO: Y sobre todo porque no tengo ganas de contar más mentiras. / E perché soprattutto non mi va di raccontare un'altra storia bugiarda.
CLAUDIA: Porque no sabe amar. / Perché non sa voler bene.
GUIDO: Lamento mucho, Claudia, el haberte hecho venir hasta aquí. Te pido disculpas. / Mi dispiace, Claudia, di averti fatta venire fin quassù. Ti domando scusa.
CLAUDIA: Qué embaucador eres. Ahora resulta que no existe esa parte en el film. / Che imbroglione che sei. Allora non c’è questa parte nel film.
GUIDO: Tienes razón, esa parte no está en el film. Ni siquiera hay un film. No hay nada de nada, en ninguna parte. Para mí, la historia podría terminar aquí. / Hai ragione tu, sai: non c’è la parte nel film. Non c’è neanche il film. Non c’è niente di niente, da nessuna parte. Per me, la faccenda potrebbe finire qui.



Los roles se invierten. La imaginaria Claudia Cardinale que habitaba la mente de Guido, al volverse real, desnuda a este Guido carente de realidad, que vive en su mundo imaginario y que no puede ni siquiera verse a sí mismo atrapado en su egoísmo: porque no sabe amar / perché non sa voler bene

La paradoja es abrumadora. Guido creía que buscaba a la ragazza della fonte en sus visiones y sueños, pero lo cierto es que huía de ella, porque esta ragazza no es la imagen idealizada de la donna redentora, maternal y divina; es una mujer real, plena de corporeidad, y a quien hay que amar, pero Guido es incapaz de amar porque no está hecho de realidad, y el amor es real, no imaginario.

Esta escena contiene las imágenes más hermosas que el cine me ha deparado ver. Inolvidable la belleza de Claudia (que todos conocen por Claudia Cardinale, pero que para mí es Claudia, ahora y siempre) recostada en el suelo con las piernas de lado, sonriente, radiante, y la intensidad de sus ojos cuando confronta a Guido. Claudia, tantas veces Claudia y, sin embargo, única e irrepetible.

Notas:

1) La escena completa y con mejor calidad de imagen está al final, junto con el diálogo.

2) El título del post, Multum sed immūtābile semper Claudia / Muchas pero siempre la misma Claudia es una alusión a Aeneis IV, 659-660: Varium et mūtābile semper femina / Woman is a creature of many moods and can change at any moment / La mujer es una criatura de ánimo variable y puede cambiar de parecer en cualquier momento, y no la extendida versión La mujer es voluble y cambiante.

[Puede consultarse el artículo de William R. Nethercut, Varium et mūtābile semper femina en The Classical World Vol. 72, No. 2 (Oct., 1978), pp. (101-103), quien sigue a Richard M. Haywood].

Eneas, héroe troyano cuyo destino es fundar Roma, se ha enamorado de Dido, reina de Cartago y planea casarse con ella. Júpiter teme que Eneas no cumpla el futuro que los dioses le han deparado y envía a Mercurio para que le recuerde cuál es su propósito. Eneas no sabe cómo decírselo a Dido y hace sus preparativos para partir en secreto. Sin embargo, Dido se entera, monta en cólera e idea un plan secreto. Mercurio vuelve a visitar a Eneas en su sueño y lo insta a que se apresure, pues Dido conoce ya de la partida y puede llevar a cabo cualquier acción en contra del troyano: Varium et mūtābile semper femina es la advertencia. Luego de la partida de Eneas, Dido se suicida.

Al parafrasear a Virgilio, busco que el sentido se invierta: Claudia, a pesar de que se desdobla en varias Claudias en el escenario, es inmutable, única, eterna. ¿Necesita algún atributo más para ser una diosa?

© 2015 Rodolfo Napurí




GUIDO: Disculpa. / Scusa.
CAROLINE: Él te llamó. / He called you.
GUIDO: Claudia...
CLAUDIA: ¿Cómo estás? / Come stai?
GUIDO: Bien, ¿y tú? Finalmente viniste. ¿Salimos? / Bene. E te? Finalmente c’è venuta. Usciamo noi?
CLAUDIA: Te presento a Caroline, mi secretaria. / Ti presento a Caroline, la mia secretaria.
GUIDO: Sí.
CAROLINE: Encantada de conocerlo. / I’m glad to meet you.
GUIDO: Debo hablarte a solas. / Ma devo de parlar te da sola.
CAROLINE: Está bien. Los espero. / Alright. I’ll wait here.
CLAUDIA: ¿Cuándo empezamos el film? / Quando cominciamo il film?
GUIDO: Pronto, muy pronto. / Presto, prestissimo.
CLAUDIA: ¿Y cuál es mi papel? / Me io che parte faccio?
GUIDO: Después te cuento todo. / Ti digo tutto dopo.
CLAUDIA: Estoy muy contenta de trabajar contigo. Espero ser de ayuda, pero quiero saberlo todo, ¿sí? ¿Adónde vamos ahora? / Io sono molto contenta de lavorare con te. Spero di essere di aiuto, ma io voglio sapere tutto, eh? Dove andiamo allora?
GUIDO: Por aquí / Di qua.


 
GUIDO: ¡Qué bella eres! Estoy impresionado, haces que mi corazón lata como el de un colegial. No me crees, ¿no? La comparación es verdadera, dice mucho, Claudia. ¿De quién estás enamorada, Claudia? ¿Con quién estás, a quién quieres? / Quanto sei bella. Mi metti soggezione, mi fai battere il cuore come un collegiale. Non ci credi eh? Che rispetto vero, profondo comunichi. Claudia. Di chi sei innamorata? Con chi stai, a chi vuoi bene?
CLAUDIA: A ti / A te.
GUIDO: Llegaste justo a tiempo, ¿sabes? Pero, ¿por qué sonríes así? No sé si me repruebas, si me absuelves o si me estás tomando el pelo. / Sei arrivata proprio in tempo, sai? Ma perché sorridi così? Non si capisce mai se giudichi, se assolvi, se mi stai prendendo in giro.
CLAUDIA: Te escucho. Dijiste que querías hablar conmigo, contarme de la película. No sé nada. / Sto a sentire. Hai detto che vuoi parlarmi, raccontarmi del film. Io non so niente.
GUIDO: ¿Serías capaz de dejar todo y empezar la vida de nuevo? ¿Elegir una cosa, solo una cosa y serle fiel? ¿Ser capaz de convertirla en la razón de tu vida, algo que recoja todo y se convierta en todo, porque su lealtad la hace infinita? ¿Serías capaz? Escúchame, si te dijera, Claudia... / Tu saresti capace di piantare tutto e ricominciare la vita da capo? Di scegliere una cosa, una cosa sola ed essere fedele a quella? Riuscire a farla diventare la ragione della tua vita, una cosa che raccoglie tutto e che diventi tutto proprio perché la tua fedeltà che la fa diventare infinita. Ne saresti capace? Ecco ascolta se io ti dicessi, Claudia...
CLAUDIA: ¿Por dónde se va? No conozco la calle. Y tú... ¿serías capaz? / Da che parte si va? Non conosco la strada. E tu... saresti capace?
GUIDO: Debe haber una fuente cerca. ¿Me escuchas? Prueba a doblar aquí. / Ci deve essere la sorgente qui vicino. Senti? Prova a voltare di qua.


GUIDO: No, no, este tipo no, no es capaz. Quiere tener todo, arrasar con todo, no sabe renunciar a nada. Cambia de parecer todos los días porque tiene miedo de perder lo que es suyo, y se está muriendo, como quien se desangra. / No... no questo tipo no, non è capace. Questo vuole prendere tutto, arraffare tutto, non sa rinunciare a niente; cambia strada ogni giorno perché ha paura di perdere quella giusta, e sta morendo, come dissanguato.
CLAUDIA: ¿Así termina el film? / E così finisce il film?
GUIDO: No, así empieza. Entonces conoce a la chica de la fuente, es una de esas chicas que dan agua para sanar, es hermosa, joven y mayor, niña y mujer, auténtica, radiante. No hay duda de que ella es su salvación. / No comincia così, poi incontra la ragazza della fonte, è una di quelle ragazze che danno l'acqua per guarire, è bellissima, giovane e antica, bambina e già donna, autentica, solare. Non c'è dubbio che sia lei la sua salvezza.
GUIDO: Está vestida de blanco, tiene el cabello largo, así como lo tienes tú. / Sarà vestita di bianco, avrà i capelli lunghi. Così, come li porti tu.




GUIDO: Apaga las luces /Spegni i fari.




CLAUDIA: ¿Y ahora? Vámonos de aquí. Me perturba este lugar. No parece real. / E poi? Andiamo via di qui. Mi fa impressione questo posto. Non mi sembra vero.
GUIDO: A mí en cambio me gustó mucho. Espera un rato. / A me invece piace moltissimo, guarda un po’.
CLAUDIA: No he entendido casi nada de tu historia. Un tipo como tú lo describes, que no ama a nadie, no da mucha pena, ¿sabes? En el fondo es culpa suya. ¿Qué espera de los demás? / Della storia che mi hai raccontato non ho capito quasi niente. Ma scusa, un tipo così, come tu l'hai descritto, che non vuol bene a nessuno, non fa mica tanta pena sai? In fondo è colpa sua. Che cosa pretende dagli altri?
GUIDO: ¿Crees que no lo sabía? Qué dura eres tú también. / Perché? credi che io non lo sappia? Come sei noiosina, anche tu.
CLAUDIA: ¡Ah, no toleras la menor crítica de nadie! Te ves tan cómico con ese sombrero, pareces un anciano. No entiendo. El tipo encuentra a una chica que puede hacerlo renacer, ¿y él la rechaza? / Ah ma non ti si può dire proprio niente! Quanto sei buffo con quel cappellaccio truccato da vecchio! Io non capisco, incontra una ragazza che lo può far rinascere, che gli ridà vita e lui la rifiuta?
GUIDO: Porque él ya no cree en él. / Perché non ci crede più.
CLAUDIA: Porque no sabe amar. / Perché non sa voler bene.
GUIDO: Porque no es verdad que una mujer pueda cambiar a un hombre. / Perché non è vero che una donna possa cambiare un uomo.
CLAUDIA: Porque no sabe amar. / Perché non sa voler bene.
GUIDO: Y sobre todo porque no tengo ganas de contar más mentiras. / E perché soprattutto non mi va di raccontare un'altra storia bugiarda.
CLAUDIA: Porque no sabe amar. / Perché non sa voler bene.
GUIDO: Lamento mucho, Claudia, el haberte hecho venir hasta aquí. Te pido disculpas. / Mi dispiace, Claudia, di averti fatta venire fin quassù. Ti domando scusa.
CLAUDIA: Qué embaucador eres. Ahora resulta que no existe esa parte en el film. / Che imbroglione che sei. Allora non c’è questa parte nel film.
GUIDO: Tienes razón, esa parte no está en el film. Ni siquiera hay un film. No hay nada de nada, en ninguna parte. Para mí, la historia podría terminar aquí. / Hai ragione tu, sai: non c’è la parte nel film. Non c’è neanche il film. Non c’è niente di niente, da nessuna parte. Per me, la faccenda potrebbe finire qui.




Penúltima escena: Multum sed immūtābile semper Claudia / Muchas pero siempre la misma Claudia





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De los besos lánguidos de Edison a la caldera lésbica de Sagan: The May Irwin Kiss (1896) y Mädchen in Uniform (1931)


Rodolfo Napurí


El estudio de los efectos de la censura o autocensura en el desarrollo del cine norteamericano y sus consecuencias en otras cinematografías me han llevado a las comparaciones que haré en las próximas líneas. Cada vez me convenzo más de que la aplicación del código Hays en Hollywood a partir de 1934 no fue el triunfo de la censura moralista en la industria norteamericana, sino más bien un mecanismo de control político del poder que tenían las películas sobre el público (tema al que le dedicaré otro artículo). Si se examinan con objetividad las películas de la llamada etapa Pre-Code Hollywood, no hay una diferencia sustancial con las del periodo Hays. La autocensura siempre existió y el código Hays solo fue la legitimación de un instrumento de control, más que de represión, ya que esta la ejercieron los mismos estudios desde sus inicios. En las películas norteamericanas siempre se controlaron la sexualidad, la violencia, las conductas transgresoras, la ruptura del orden establecido. Otra consecuencia del código Hays es que, en la práctica, llegó a influir en otras cinematografías, puesto que el mercado norteamericano era determinante de gran parte de la recaudación que las películas extranjeras alcanzaban. Además, en lo que respecta a la conservación de películas europeas, muchas de ellas han sobrevivido en copias conservadas en Estados Unidos, todas ellas editadas o por los estudios que las distribuían o por las exigencias de la censura, o por ambos agentes.

Cine europeo (1930)

En Hollywood, los grandes estudios no solo controlaban la mayor parte de la producción cinematográfica; estos eran dueños también de las salas de proyección de todo el país. La posesión de la cadena de distribución les permitió controlar también la exhibición de las películas extranjeras (principalmente las europeas), lo que, al fin y al cabo, significaba decidir el éxito financiero de la industria europea.

En cambio, el cine europeo, a diferencia del norteamericano, no tenía una industria concentrada en unos cuantos estudios; más bien, cada país había desarrollado su propia industria, pequeña, pero autónoma. Al carecer de grandes estudios y de un mercado unificado por una red poderosa de distribución, no había mecanismos de control sobre la manera de hacer películas ni sobre su contenido. Este clima de libertad individual propició la iniciativa de proyectos cinematográficos innovadores y de productores dispuestos a apostar por una cinematografía distinta de la realizada según los lineamientos estandarizados de producción de Hollywood, en los que la normalización estaba tanto en la realización (guión, edición, montaje, duración) como en el contenido (autocensura). Por eso, la mayoría de las innovaciones importantes del periodo 1900-1930 en la historia del cine son europeas, tanto en el tratamiento de los temas como en los avances técnicos. Este periodo fructífero se verá frustrado por la aparición del nazismo y por el poder comercial del cine norteamericano, como se verá más adelante.

Para verificar estas diferencias, puede trazarse una línea de comparación desde los primeros cortos con contenido sexual filmados en Estados Unidos y en Europa (década de 1890) hasta la producción cinematográfica europea en los años previos a la vigencia del código Hays. Los cortos de 1896-1899 que se presentan a continuación están documentados como los primeros que registran una pareja besándose frente a una cámara. En ellos ya se encuentran diferencias importantes en el tratamiento del tema, si se comparan las producciones norteamericanas con las europeas. 

Desde las primeras películas hechas en Nueva York de fines del siglo XIX, la sexualidad es presentada de manera indirecta, evasiva o autocensurada, y esa será siempre la pauta en el cine norteamericano hasta los años sesenta. Edison, que tenía una mente más comercial que crítica y ningún sentido estético, encargó a su entonces camarógrafo, William Heise, que filmara el primer beso en 1896, que se convirtió en éxito de taquilla, a pesar de (o gracias a) que fue más decepcionante que satisfactorio. El corto de 23 segundos se llama The May Irwin Kiss, por el nombre de la actriz; el actor fue John C. Rice. La duración del corto es suficiente para establecer las bases de la tradición norteamericana: no se muestra nada, solo dilaciones del encuentro o acercamientos más frustrantes que sugestivos, a lo más un efímero contacto al final de la secuencia, cuando Rice se incorpora, se arregla los bigotes y la besa, y cuando para el espectador la escena ya ha perdido su potencial erotismo. El escenario es pobre, los actores están sentados en sillas, el lenguaje corporal simula acercamiento, pero en realidad es evasivo: un juego tantálico de 22 segundos y luego el beso breve, decepcionante, hasta de mal gusto. No hay una historia, solo un beso forzado de un segundo de duración para los puritanos clientes de las salas de Edison. Hasta se percibe un incipiente morbo que se encuentra en la ausencia de un argumento, tal como sucedió con la industria porno de los años setenta. En resumen, no se ve lo que se debería ver, un acto cotidiano y natural, sino una puesta en escena donde el tantálico objeto del deseo solo dura el segundo final, como la cruzada de piernas de Sharon Stone en Basic Instict (1992). Es como si Edison hubiese seguido el código Hays treinta años antes de su puesta en vigencia. Sobre las escenas de pasión, el código de 1934 dice: a) They should not be introduced when not essential to the plot / No deben ser introducidas en la trama salvo que sean indispensables, b) Excessive and lustful kissing, lustful embraces, suggestive postures and gestures, are not to be shown / No se mostrarán besos ni abrazos de una lascividad excesiva, de poses o gestos sugestivos, c) In general passion should so be treated that these scenes do not stimulate the lower and baser element / En general, el tema de la pasión debe ser abordado de manera que no despierte emociones viles o groseras.

The May Irwin Kiss (1896)

En cambio, en 1899, se filman en Inglaterra dos cortos, ambos titulados The Kiss In The Tunnel, el primero por George Smith y el segundo por su empleador, Bamforth & Company Ltd. La diferencia es abismal respecto del insulso corto de Edison. En el corto de Smith, la primera escena es cronológicamente el fin de la historia. Vemos al tren saliendo del túnel, que es el lugar donde ocurre la historia. En primer lugar, el túnel y el tren son metáforas sexuales. El tren sale del túnel, al igual que el falo, cuando el acto termina. La segunda parte del corto (un minuto) –un breve flashback– está unida a la primera por la cámara que, en dirección contraria al tren que sale, penetra en el túnel, una vez que este ha salido completamente. Sigue un fade y recién estamos en el interior del vagón donde está la pareja. A diferencia del elusivo corto de Heise, la pareja sabe que solo tiene el tiempo que le toma al tren cruzar el túnel. La interacción es inmediata, excitante. Antes de que el tren salga del túnel, los ocasionales amantes se acomodan la vestimenta y vuelven a la lectura, que era lo que estaban haciendo antes de que el tren entrara en el túnel. El corto termina nuevamente con la salida del tren, pero filmada en la dirección contraria. La cámara subjetiva es el punto de vista del tren, que se aleja del túnel y marca el fin de la historia. Tres años después de la rudimentaria cinta de Heise/Edison, Bamforth y Smith nos ofrecen, en un minuto, un corto complejo, sugerente, bien pensado y estructurado.

The Kiss In The Tunnel (Smith, 1899)

Ese mismo año, Bamforth & Company Ltd. hizo una segunda versión. En esta vemos primero al tren penetrar el túnel, luego vemos a la pareja en el tálamo-vagón y, finalmente, la llegada a la estación. Hitchcock debe haberse inspirado en estos cortos para la escena final del tren fálico en North By Northwest (1959).
 
The Kiss In The Tunnel (Bamforth, 1899)

Estos ejemplos muestran que, desde los últimos años del siglo XIX hasta la década de 1930, la industria cinematográfica europea propició innovaciones técnicas, la exploración de nuevos temas y la experimentación con nuevas formas narrativas distintas de las literarias. Por entonces se construyeron estudios en Suecia, Inglaterra, Francia y Alemania. Fue un periodo muy creativo, fueron los años de, entre muchos otros, Eisenstein, Gance, Lang, Murnau, Dreyer, Vertov, Sjöstrom, Vigo, Buñuel. Desgraciadamente, fue interrumpido por la expansión del nazismo. Habrá que esperar hasta el periodo de posguerra para el resurgimiento del cine europeo y la producción de nuevas obras maestras.

Por el contrario, en el caso de la industria norteamericana, la autocensura en el corto de 1896 fue la primera muestra de una práctica controlista que luego se institucionalizó. La historia del cine norteamericano no se puede entender sino se tienen en cuenta las condiciones en las que se inició.

En Estados Unidos, la industria cinematográfica estuvo signada desde un principio por la competencia y por un afán de controlar todos los ámbitos de la producción. Se inició en Nueva York, donde el éxito fue tremendo, pero para los primeros años del siglo XX las condiciones de trabajo se dificultaron debido a los intentos de Edison de monopolizar el negocio gracias a la patente que detentaba por el cinematógrafo que había comprado a los hermanos Lumière, a quienes, por medio de estrategias legales, logró desaparecerlos del mercado norteamericano.

Hollywood en la década de 1910

En 1910, D. W. Griffith, el creador de las fundamentales técnicas narrativas cinematográficas, viajó al Oeste en busca de un lugar más propicio para trabajar. Es así como filma una película cerca de un pequeño pueblo llamado Hollywood. El lugar era ideal por la diversidad de exteriores que ofrecía y por la presencia de luz solar casi todo el año, condición muy importante para poder filmar en ese entonces. Pronto las productoras independientes de Nueva York se mudaron a Hollywood, donde el hacer películas se convirtió rápidamente en una industria muy rentable y competitiva, lejos de las tasas abusivas de Edison.

Las técnicas narrativas consagradas fundamentalmente por Griffith se volvieron la marca de fábrica de la industria. A fines de la década de 1920, las productoras independientes se fusionaron en grandes estudios, que rápidamente controlaron todo el circuito comercial, desde la producción hasta la distribución.

En 1927, Louis B. Mayer fundó la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS, por sus siglas en inglés), institución que se encarga de entregar los premios Oscar, con el propósito de "promover la industria cinematográfica y reconocer la excelencia profesional de sus miembros", aunque en realidad fue otro mecanismo de control. Según el propio Mayer, "el mejor modo de manejar [a los cineastas] era repartiéndoles medallas. Si les entrego copas y premios, harán lo que sea para producir lo que yo quiero. Para eso se crearon los Premios de la Academia".

Solo faltaba controlar el contenido de las películas y el código Hays fue creado en 1934 por los estudios con ese propósito, si bien la autocensura se venía practicando desde los inicios de la industria. El control absoluto de la producción, distribución, recursos humanos y audiencia aseguraba el fracaso de cualquier iniciativa que quisiera competir con los grandes estudios. Toda producción extranjera o independiente, para acceder al inmenso mercado norteamericano, debía pasar por las manos de los grandes estudios y someterse a su sistema de control, lo que incluía la censura de toda escena considerada inapropiada o, en casos extremos, de la película entera.

Sin embargo, muchos de estos mecanismos de control fueron, con el tiempo, burlados gracias al talento de productores independientes y de cineastas, en especial de directores y de notables técnicos europeos que llegaron a Estados Unidos huyendo del nazismo. Esta ola migratoria incorporó nuevas posibilidades narrativas, innovó las técnicas de iluminación, abriendo posibilidades de "enseñar sin mostrar" y creó las bases del renovado cine norteamericano de las décadas de 1940-1950, periodo que merece atención aparte y no dentro de los límites de esta nota.

Por tanto, hacia 1933-1934 ya se había sublimado o eliminado todo contenido sexual explícito de las películas norteamericanas. En cambio, en Europa, en especial en Suecia y en Alemania, el tema sexual era tratado con libertad y naturalidad, aunque el nazismo se encargó de sacar de circulación estas películas e imponer su propio programa cinematográfico a través de la UFA (Universum Film AG).

Cine LGTB europeo (1930)

Entre 1910-1930 se filmaron en Suecia y Alemania películas de temática LGTB. La película sueca Vingarne (Alas, 1916), dirigida por Mauritz Stiller, es la primera en contar la historia de un amor homosexual. Magnus Hirschfeld, pionero en la defensa de los derechos gay, hizo tres años después Anders als die Anderen (Diferente de los demás, 1919). Dreyer filmó otra adaptación de la película de Stiller, Mikael (1924). Pero el mayor nivel de sofisticación indudablemente está en la historia de Lulú que filmó Pabst: Die Büsche der Pandora (La caja de Pandora, 1929), en la que Louise Brooks nos enseña a todos cómo se seduce a hombres y a mujeres, y cómo logra que ellos y ellas no dejen de quererla. Lulú es presentada superficialmente como una vampiresa, pero en un nivel más sutil, de un modo velado, su lesbianismo está presente en todo momento.

 Louise Brooks y Die Büsche der Pandora

Mädchen in Uniform (1931)

En 1931 se filmó dchen in Uniform (Chicas en uniforme, 1931), una película de Leontine Sagan que cuenta la historia amorosa en un internado de señoritas aristocrático y de estricta disciplina entre una alumna, Manuela von Meinhardis (Hertha Thiele), y su profesora, Elizabeth von Bernburg (Dorothea Wieck). Christa Winsloe, la guionista, basó el relato en sus propias experiencias adolescentes en el internado Empress Augusta.

Christa Wensloe

La historia de la película es accidentada debido a la censura y prohibiciones que se le impusieron en Estados Unidos, adonde llegaban las películas intactas, para luego ser editadas. Desgraciadamente, la mayoría de copias sobrevivientes provienen de ese país, por eso muchas películas europeas están mutiladas o perdidas. A pesar de la fuerte censura debido al contenido sexual explícito, la película aún puede verse y es considerada ahora un film de culto.

Empress Augusta Boarding School

Mädchen in Uniform es notable en muchos sentidos. En primer lugar, fue la primera película filmada con un reparto enteramente femenino, con notables actuaciones de Hertha Thiele (Manuela) y Dorothea Wieck (Elizabeth von Bernburg). En segundo lugar, el lesbianismo no se estigmatiza, más bien está presente en toda la escuela, que se contagia y respira el homoerotismo que emana de la pasión entre Manuela, la niña de 14 años, y Elizabeth von Bernburg, su profesora y también su guía en el descubrimiento del erotismo (véase en particular 7:13-7:36 del siguiente video y los minutos 26-28 de la versión completa de la película en el video que aparece al final de esta nota).

Elizabeth y Manuela

La película circuló en los clubs de lesbianas de Berlín, pero tuvo la mala fortuna de coincidir en la exhibición con Der Blaue Engel (El ángel azul, 1930), el clásico de von Sternberg y Marlene Dietrich. Peor le fue en Estados Unidos, aunque fue defendida, como pudo, por la primera dama Eleanor Roosevelt, cuyas cartas de amor a Lorena Hickok han sido publicadas recientemente.

"What you call sin, I call the great spirit of love, which takes a thousand forms"

La tradición fundada por Die Büsche der Pandora y por Mädchen in Uniform fue seguida al año siguiente por Acht Mädels im Boot (Ocho chicas en un bote, 1932). Anna und Elisabeth (1933), protagonizada también por Wieck y Thiele, fue prohibida la misma noche del estreno por los nazis. Igual suerte tuvo Ich für dich, du für mich (Yo para ti y tú para mí, 1934).

La historia de Manuela y Elizabeth se filmó en los últimos años en que el cine europeo tuvo cierta autonomía, que perdió por el avance del nazismo y por la hegemonía comercial que la industria cinematográfica norteamericana había alcanzado. La película de Leontine Sagan es el referente cinematográfico directo de la conocida Loving Annabelle (2006), filmada 76 años después de su precursora.

© 2014 Rodolfo Napurí


Mädchen in Uniform (1931) - Full Movie




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